martes, 26 de junio de 2018

Soy de opuestos

Vivo siempre con prisa, pero me gusta disfrutar lento.
Vivo siempre entre risa, pero a veces me gusta llorar en silencio.
Siempre me arriesgo pero reconozco que tengo muchos miedos.
Vivo en una aventura que quiero seguir descubriendo.
Suelo dar demasiadas vueltas y nunca encuentro el sentido correcto.
No conozco todas las gamas, siempre estoy entre blanco y negro.
A veces saco las garras, sólo para acariciar el cielo.
Nunca sé reconocer un final, soy más de quedarme en los principios.
(aunque soy más de últimas, que de primeras veces)
Una noche me enseñaron a volar, la consiguieron unos versos,
desde entonces sobrevuelo el mar y me he olvidado de a qué sabe el suelo.
La brisa me suele despeinar, haciendo bailar a mi pelo.
A veces quiero comodidad aunque me encanta el riesgo.
Suelo apostar sin pensar cuándo saldrá el cero.
La verdad que me encanta viajar y lo hago bastante aunque sea en sueños.
Me encantaría rebobinar y otras veces acelerar el tiempo
para volver a rozar tu pelo,
para ver aquellas chispas que saltaron cuando se rozaron nuestros dedos
y aunque sea un instante, vernos arder de nuevo.
Quizás no fueron unos versos los que me enseñaron a volar.

1 comentario: