miércoles, 26 de diciembre de 2018

Querido 2019, te han puesto el listón muy alto

Querido 2019, te lo han puesto difícil:



Hace un año, le propuse un reto al 2018, y confieso que me ha ganado...
y ahora, no sé muy bien cómo me siento, ni cómo me he de sentir.

Siempre odié los años pares, o quizás nunca se me dan bien.
Por eso le puse un reto complicado, y ahora que lo ha superado...
no sé qué decir.

Ha vuelto a ser un ciclo de cambio que no me ha puesto las cosas nada fáciles
(me lo merezco, por retarle)
pero me ha hecho abrir los ojos (y los brazos), ver más allá.
Me ha hecho darme cuenta de que la vida es mas compleja 
de lo que una pretendiera.

Ha sido un año, una vez más, de contrarios,
de más aciertos que fallos,
de opuestos que se han encontrado, para llenarme.
Me siento en paz (o quizás sólo en una tregua) 
después de años en guerra;
estoy tan en calma que incluso me he apuntado a yoga.

Me he querido y odiado,
gustado y dado asco,
estado en la cima de la montaña y en el fondo del mar,
he cruzado el charco y me he bañado en él.

He abierto fronteras que había cerrado,
y he llamado a gente que echaba de menos para tomarme un café con ellos;
me he tragado el orgullo (y un grillo) sin atragantarme.

He gritado por la ventana,
saltado desde un trampolín,
he bailado (con y sin música) bajo (y sobre) la lluvia,
y también he besado mojándome con ella.

He regalado tiempo y espacio, y también lo he necesitado,
he recorrido carreteras sin saber a dónde me llevaban,
he huido sin avisar,
he viajado por mentes y calendarios,
llevo tatuajes nuevos en las pupilas (aunque no en la piel),
he cumplido sueños y casi toda mi lista de deseos,
he compartido mis palabras recitando, delante de un puñado de extraños,
que se me quedaron grabados.

He hecho llorar (de felicidad) a mi abuelo,
he escrito (y quemado) mis sentimientos,
he sentido mucho sola y acompañada,
y aún guardo un puñado de sueños, 
por cumplir.

Ha sido un año completo,
con sus altibajos, sus tortazos, sus recuerdos y sus cambios.
(siempre para bien)
Si miro a los ojos a mi yo de hace un año,
casi no lo reconozco.
Nunca pensé que un año pudiera darme tanto...


Y es que... querido 2019, te han puesto el listón muy alto.

Tu predecesor me ha calmado,
cuando creía que era bueno vivir en un continuo enfado,
cuando creía que vivir, sólo era sobrevivir al cansancio,
que no tenía que buscar un cambio porque aparecería sólo.
(como un regalo)
Y ahora sé, que las cosas se consiguen luchando,
por eso...
Te pido un año de calma, aunque reconozco
que quiero caos de vez en cuando,
y alguna guerra, pero no quedarme en las trincheras,
quiero seguir venciendo miedos.

Te pido un año cansado, desgastado, exprimido al máximo,
seguir disfrutando de los detalles insignificantes,
de las sonrisas tontas, de mis padres.
Quiero seguir navegando a la deriva dentro de mí,
déjame seguir ilusionándome, sorprendiéndome,
y aprender, siempre seguir aprendiendo.

También quiero algún tropiezo,
pero no dejes que me quede en el suelo.

Quiero un año de lucha en las calles,
de muchos cambios sociales,
de que las cosas se encaucen, 
de crecer y explorar,
de viajes y bailes,
de canciones interminables.

Te lo pondré fácil con una lista de deseos y retos,
empezando por los que aún me quedan por cumplir,
aunque espero que esta lista tenga más de 46 recuerdos.

Espero que estés a la altura,
al fin y al cabo eres un impar,
y sólo por eso, ya me encantas.

Aún no te conozco y ya te quiero (desgastar).

Tengo ganas de saber qué me tienes preparado,
pero antes de todo, y de antemano, GRACIAS.


Querida yo dentro de un año:

Si todo ha ido bien, estarás cansada (de correr), lo sé.
Recuerda que hace un año estabas ilusionada,
habías aprendido a reír a carcajadas,
e incluso bailabas.

Espero que tu lista de locuras esté prácticamente tachada
y que hayas disfrutado, al menos, un cuarto de lo que lo hiciste el año pasado.
Recuerda que la cuesta se está acabando,
y que el esfuerzo siempre merece la pena.

Sólo espero que hayas VIVIDO (otra vez) 
en mayúsculas, negrita y subrayado,
y que tu retina esté llena de momentos grabados,
que hayas aprendido, al menos, un par de cosas nuevas
y que hayas vuelto a viajar, con y sin maleta.

También espero que no hayas perdido a nadie definitivamente,
y que si lo has hecho, por favor, descuelga el teléfono.
Confío en que no has dejado que nadie te haga daño,
y que nunca hayas pensado que todo ha acabado,
y, que si lo has hecho, te recuerdo que es invierno
y que suelen salvarte los atardeceres y los sitios altos.

Nunca dejes de hacer aquello que te haga feliz
aunque te miren raro,
y si aún no te sientes bien,
enciende los cascos
y ponte esa canción que grita "carry on"
porque aunque tu cabeza esté ardiendo,
tus piernas están bien, porque al fin y al cabo,
son tuyas, y aún pueden seguir corriendo.

Nunca dejes de correr, deja atrás muchos miedos,
y no dejes de perseguir tus sueños.

Ah, y no te olvides que, hace un año, 
te querías por lo que eras,
pero también,
por lo que sigues siendo.