viernes, 31 de diciembre de 2021

Querido 2022, sé tu mejor versión

Ya es tradición que cada año os escriba una carta de despedida, de bienvenida. 

También es tradición que os pida una tregua, una pausa, una cambio, una revolución... 

Y con esta ya serán cinco las cartas, cinco los años. 

Unas veces me hacéis caso, otras... todo lo contrario. 

Por eso a ti 2022, no te reto ni te pido, te dejo ser.  Sé tú mismo, déjate llevar, escribe tu historia lentamente, sin prisa, con buena letra. Tu nombre tiene magia, pero luego volvemos a eso.

        A ti 2021, que ya te vas, 
        quiero darte las gracias por muchas cosas, 
        aunque no por muchas otras.

Fuiste raro, no puedo decir que malo, pero diferente, extraño. 

Me diste dos de cal y sólo una de arena. 

Y para darme cosas buenas; fuiste robándome como moneda de cambio.

Volviste a encender una estrella entre el firmamento, pero también cumpliste un sueño. 

Entre tú y tu predecesor podías haberles dado un poco más de tiempo a mis dos últimas estrellas ya que mi sueño fue también por ellas.

Seguiste prohibiéndonos los abrazos gran parte del año aunque nos diste un respiro momentáneo. 


                                        Fuiste un CAMBIO a todos los niveles. 

De ciudad y de trabajo, en eso...cumpliste por todo lo alto. 

Me has hecho crecer como persona y como profesional, como familia y en amistad. 

Me has dado alas de esas que necesitaba. 

Me has sacado de mi zona de confort. 

Pero también me has hecho daño y es, quizás, el año que más lágrimas he derramado. Sobre todo por el tiempo que entre tú y tu anterior me quitasteis, apartándome de la gente a la que quiero. 

Que sí, que la recompensa esta servida, pero a qué precio...

Pensándolo bien podría dividirte en dos, la primera mitad ya te la he contado, fuiste dolor. 

La segunda mitad, sin embargo, fuiste luz, fuiste nuevas experiencias, fuiste volver a abrazar. 

Aunque también fuiste alejarme, soledad, aprendizaje. 

Aún así, sólo puedo darte las gracias por ser el cambio. 

Por ser calma en casi todos los sentidos, por ser orden, por hacerme volver a brindar.


    2022, como dije al principio de esta carta... tu nombre tiene magia. 

Sólo te pido que SEAS (en mayúsculas, negrita y subrayado) tú mismo, tu mejor versión. 

Que no quemes, que no dañes, que devuelvas la ilusión y evites más guerras en las calles. 

Pierde la vergüenza, baila y canta aunque nadie te mire, aunque todos te miren; salta y anímate a desgastar cada instante. 

Aleja el dolor, haz que por una vez triunfe la bondad, danos una tregua porque estamos hartos de tempestad. 

Deja que sanen de nuevo los abrazos, que volvamos a vernos las risas y que los hospitales dejen de ser campos de batalla con trajes especiales. 

Sé tú mismo, tu mejor versión, pero por favor, sé bueno.

    Querida yo dentro de un año: 

¿Cómo estás? Hace un año estabas cambiando, adaptando, encontrando tu lugar. 

Espero que todo haya seguido su proceso natural. 

Sé que sigues rota, es normal, hay heridas que nunca se llegan a cerrar, pero tampoco tienen por qué cicatrizar; puedes vivir con ellas y a su través. 

Sólo espero que sigas amando, besando y abrazando, que sigas diciendo 'te quiero' porque te ha costado años sacar lo mejor de ti. 

Porque te ha costado años ir quitándote la coraza. 

Sigue disfrutando de los grises, de los negros, de los blancos, pero también del azul del mar, del naranja cuando el sol se empieza a poner, y del verde de los campos. 

Sigue valorando la vida y riéndote de ella, que no sabemos cuánto nos queda. 

Si has perdido a alguien y aún puedes, llámale. Si no puedes porque se ha incendiado...háblale, escríbele, vive a su través. No les olvides. Sus luces aún brillan cada noche encendidas. 

Sigue sanando y ayudando. 

Sigue siendo tu mejor versión y ámate mientras vuelas. 

Porque como el nombre de este año que ya acaba... Eres magia

domingo, 3 de enero de 2021

Querido 2021, eres el cambio

Qué decirte a ti, 2020, vete. 

No te deseo ni siquiera buena suerte.
Querías hacerte notar y lo has hecho.
Eres un año para olvidar que nunca olvidaremos.

Me has robado un Pilar de mi vida, me has robado, en realidad, mucho más.
No pienso perdonarte que me arrebataras tanto.
Has sido dolor. Has sido disgustos. Has sido llanto. Has sido oscuridad. No has tenido apenas blancos. Menos mal que te acabas, pero vaya forma de acabarte. Íbamos a recordarte igualmente, en serio, no hacía falta más.

Nos has tenido encerrados, sin tiempo para los nuestros y te los has llevado lejos.
¿Qué ganas tú con esto?
Creo que te odio y te odiaré siempre. Has hecho honor, como no, a los pares. Y gracias a ti, tu relevo lo tiene bien fácil para superarte.

Una pandemia que nos ha prohibido abrazar y besar, que nos ha tapado la sonrisa y la libertad. Que sí, que a muchos les ha enseñado la lección que otros ya llevábamos tiempo estudiando. Que la familia es lo primero. Y que hay que decir más te quieros. Pero no hacía falta llevarte a tantos para eso.
Mil desastres naturales, cientos de guerras en las calles... No has tenido nada bueno salvo que adopté un perro.

Has sido políticamente incorrecto, has sacado lo mejor de las personas, pero también lo peor. Y lejos de hacernos mas solidarios y más cercanos... Nos has alejado y has sembrado el odio. Un odio al prójimo que sembró tu predecesor y que tú has avivado, como si fuera un fuego que muchos queremos apagar. Porque todo lo que arde con odio no trae nada bueno, y esto estallará.

Te pedí calma, te pedí ganas, te pedí fuerzas para llegar a la meta... Y lo único que has cumplido es que me sigo queriendo. Aún así has roto el espejo y ahora tendré que aprender a mirarlo desde otros ángulos.

Estoy cansada. Llevo luchando mucho tiempo, y lejos de recompensarme has decidido arrancarme el corazón y usarlo como saco de boxeo.
He cumplido los retos y las normas, he cuidado de los míos, y, aún así, lo has arrasado todo.
Fuiste, eres y serás un año muy injusto. Una película de terror, una pesadilla continua. Un cambio a peor. Sigo sin saber qué ganas tú con esto.

No tengo nada bueno que decirte, quiero olvidarte, mandarte lejos y que sean otros los que te alaben. Aunque creo que no tienes muchos apoyos. Vete lejos, no te pienso desear buena suerte. 




















Querido 2021... Ibas a ser el cambio, pero ya he cambiado.

Sólo te pido un descanso de disgustos, un descanso de llanto.

Eres un impar, ayúdame.
Te lo estoy poniendo fácil... No me hagas perder a nadie importante. No dejes que me olvide jamás de los que ya no están.
No te pido viajes, ni tatuajes, ni si quiera te pido arena en las pestañas ni sal en la piel.
Sólo te estoy pidiendo calma, paz, una tregua.
Como extra te pediría cumplir un sueño, poder empezar a ayudar a sanar, que mis heridas estén orgullosas. Fíjate que sólo te pido esto para compensar que tu colega me haya hecho tanto daño. Y estoy dispuesta a ayudar en lo que sea necesario.

Me estoy arrodillando ante ti, te estoy suplicando.

No te reto, ni te exijo. Sólo te suplico que no me robes más, que no me dañes más. Sé calma. Sé orden. No seas más castigo. Y recompensa a los que luchan, a los que hacen bien las cosas. Recompensa a la gente buena. Que parece que siempre salen mejor parados los que hacen daño.
No dejes que se enfrenten más hermanos, haz que la pandemia se vaya lejos, ya tenemos bastante dolor. Trae de nuevo la risa, la emoción. Espero que sepas sacar lo mejor de las personas. Espero que nos dejes disfrutar de los abrazos, de los te quiero, de los nuestros sin que te los lleves lejos.

2021...no me falles, te estoy suplicando.
Demuestra el poder de los impares.
Empiezas una década, marca la diferencia. 


















Querida yo dentro de un año:
 
No sé dónde estarás, ni si quiera sé quién serás, hasta dónde habrás cambiado... ¿Qué tal?
Hace un año estabas rota. Había sido un año difícil y raro. Te habías acercado aún así al final de una etapa. Y cuando pensabas que nada podía ir peor... Te lo arrebataron todo. No sabías qué habías hecho mal. Habías cumplido todo lo que te habían mandado... Y no era suficiente.
Tienes un gran corazón. No te machaques más. No podías evitar lo que pasó.

Espero que hayas cumplido tu sueño. Que estés salvando y ayudando a sanar. Que sonrías, que disfrutes, que vivas. Pero nunca olvides a tu familia. Llámales todos los días. Recuérdales que les quieres, que les amas.

Sigue latiendo, sigue aprendiendo, sigue observando los detalles.
Espero que hayas logrado levantarte, que no te hayas apagado, que hayas seguido luchando, que mires los rotos desde otros ángulos, que no te hayan hecho daño.
Pero sobre todo... Que no hayas perdido a nadie, que la tregua haya llegado. Disfruta de la calma pero no olvides que puede haber tempestad. Así que... Sigue abrazando y besando, sigue diciendo te quieros y demostrándolos.