viernes, 30 de diciembre de 2022

Querido 2023, sólo avanza

Qué decirte a ti 2022... tenías que ser par.

Hace un año sólo te pedí que fueras tú mismo y lo has sido, me encantas.
Has tenido tus luces y tus sombras pero quizás hayas sido el año que más he aprendido a disfrutar de la vida y sus pequeñas cosas;
he acompañado en la muerte y he visto el significado de familia con ojos de espectador y como el final también puede ser sanador.

Me he dado cuenta de que está bien eso de no vivir con prisa ni cronómetro,
he improvisado, he reído, he llorado, he bailado y me he emborrachado.
He aprendido a pedir un abrazo, he disfrutado de mis amigos,
he cambiado hacia mi mejor versión tal y como lo has hecho tú,
que empezaste siendo ruido y caos y ahora que terminas eres mi calma en tu tempestad.
Nos has dejado (casi) salir de una pandemia pero nos has traído una guerra..
Por eso también he aprendido a relativizar, a vivir la efimeridad y a desgastar las manecillas del reloj porque cualquier latido puede ser el último.

Ya no vivo enfadada, he perdonado a los que me hirieron y sigo tendiendo mi mano a los que en mi camino me han acompañado. 

No he perdido y he ganado, me he arriesgado.

Puede que este año se me haya olvidado decir tantos "te quiero", has sido raro,
me he ido adaptando y transformando, buscando sentirme en casa  en otra ciudad, en mi nueva normalidad.
No me he olvidado de mi familia, mi hogar, mi pequeña ciudad y cómo se iluminan los ojos cuando nos juntamos por Navidad.

He cruzado el país para exaltar la amistad y he disfrutado de los reencuentros y el volver a vernos,
he cruzado el cielo volando en parapente, he subido montañas, visitado un río de lava,
he viajado sola y de la mano de mi hermana, bailado por primera vez sevillanas,
he vuelto a vibrar en un festival, he observado las galaxias en medio de la nada,
he llorado escuchando a un coro...
Has sido un año de emoción y pocas lágrimas,
hemos sido nuestra mejor versión cada día,
porque nos hemos desgastado pero aún tenemos ganas de terminarnos con música y efectos especiales.

 Así que 2022, sólo puedo darte las gracias.

A ti 2023 que llegas como a quien no se le espera
no tengo que pedirte grandes retos. 

Simplemente sigue tu rumbo, mira hacia delante y mantén a mis estrellas pero no añadas nuevas.
No traigas venganza ni guerras mundiales,
haznos mejores como prometimos al llegar la pandemia,
trae paz y buenas palabras,
éxitos en la lucha diaria,
no retrocedas para que el mundo sea cada vez un lugar mejor para vivir. 
Mantente firme, no cedas, los cambios están cerca.

Como ves no te pido grandes hazañas,

sólo avanza.

Tu nombre suma siete y sólo por eso ya te tengo ganas. 

Querida yo dentro de un año

Mantén la calma, los problemas no son tan importantes, observa desde otra perspectiva antes de enfadarte, perdona y perdónate.
No dejes nada para mañana, la vida es un viaje que no sabemos cuando acaba.
Sigue trabajando para sanar de forma física y mental, la meta lo merecerá.
Estoy segura de que has sido tu mejor versión una vez más.
No te rindas, confío en que hayas seguido buscando tu lugar sin olvidar cuál es tu hogar,
hace un año te sentías plenamente en paz.

Es un orgullo ver como el trabajo interno que comenzamos allá por 2016,
con una tú (yo) (nosotras) mucho más joven, sigue floreciendo y nos mejora como el buen vino.

Es maravilloso ver cómo hemos aprendido a VIVIR
          (en mayúsculas, negrita y subrayado).

Espero una vez más que no haya nuevas estrellas en nuestro cielo,

que hayas seguido disfrutando de los vivos 

y viviendo a través de los muertos. 

Te quiero y espero que tú me sigas queriendo.