miércoles, 27 de julio de 2016

Ella

Ella es distinta y parece un acertijo, rompecabezas
más compleja que una ecuación sin solución.
Pero la conozco, me sé sus rutinas,
sus manías, sé a qué saben sus sonrisas
y sus lágrimas, sé que cuando conduce
calcula los segundos que le quedan a un semáforo,
le gusta llevar la música en volumen par,
se mira cada mañana en el espejo, después de ducharse, y sonríe
Se quiere más y mejor de lo que nadie podrá hacerlo jamás.
Desayuna temprano y ligero, bebe el café en taza a media mañana
casi frío y en taza alargada, no vale cualquiera,
le encanta abrir las ventanas y sentir la brisa sin salir de casa.
canta mientras cocina, recoge o camina por la calle.
Cuando cree que no la miro baila, salta, grita.
le encanta caminar desnuda por casa, dice que se siente libre,
como sacada del cine.
Y a mí me encantan sus manías, su perfeccionismo cuando es imperfecta
y cuando se vuelve loca.
Me encanta imaginar lo que pasa por su cabeza
aunque sé que nunca llegaré a conocerla

viernes, 15 de julio de 2016

Mentalidad de líneas

Si algún día lees mis líneas sabrás que eres culpable de, al menos, la mitad de ellas.
 Mis líneas no existirían si no llegas a cruzarte en mi camino para llenarlo de curvas, baches y caídas.
 Así que gracias por el daño y por obligarme a esforzarme para salir de tu vida. 

Como un laberinto lleno de secretos, me encontré con algo maravilloso en cada esquina (que nunca hubiese encontrado si no llego a estar huyendo de ti). 

Gracias a tu mente cerrada, acaparadora, poco compatible con la mía o demasiado simple, encontré mentes que me dieron alas, me abrieron los ojos y me enseñaron mi mundo desde el cielo antes de que me adentrara en el suyo.


Mentes que me hicieron pasar de cero a cien y otra vez a cero en un segundo, intensidad huracanada de esa que me encanta. Me dieron sensaciones rápidas, fugaces, de esas que me gusta agradecer lentamente. Me enseñaron a subir a lo más alto y no me hicieron caer, me quitaron la venda de los ojos y la usaron como torniquete de las heridas ( aún sangrantes) que tú me dejaste como único recuerdo.

Antes me encantaban la líneas rectas, simples, fáciles, tranquilas. Y ahora, gracias a ti, me encanta el riesgo, los baches, las curvas y las mentes complejas que ven más allá del horizonte ( y me llevan hasta él)

miércoles, 6 de julio de 2016

Primera vez

No creo en eso de que siempre hay una primera vez
puede haber miles o ninguna
Te quedan tantas primeras veces...
aunque aún no te has dado cuenta

La primera vez que mires a los ojos de alguien
y veas más allá
La primera vez que alguien te mire a los ojos
y vea más allá
La primera vez que te mires a los ojos, con alguien
y sientas más allá

La primera vez que beses al amor de tu vida, sabiendo que lo es
(tu hijo, tu pareja, tu madre, tu amiga o tu mascota)
La primera vez que saltes al vacío, sin paracaídas
pero sin miedo
La primera vez que te levantes sintiendo todo
más que nunca
La primera vez que te fijes en que todo lo que te rodea
puede ser bello

La primera vez que despidas a alguien
que creías que nunca se iba a ir
o que ames tanto y tan fuerte
que incluso duela


La primera vez que hagas un viaje solo
y sin avisar
La primera vez que salves el mundo
con un pequeño gesto o en tu cabeza

La primera vez que conozcas a un desconocido
y sientas que llevabais conectados mucho tiempo
y la primera palabra/beso/abrazo/mirada
que le concedas

Y tantas otras primeras veces
que aún te quedan
Y tantas otras no primeras veces
que aún te quedan

Porque nunca harás todas las cosas posibles
(y, si las haces, disfruta también
de las últimas veces)
viajar a Saturno, comprar una estrella
olvidar a una persona importante
por completo

Por completo es improbable,
a no ser que te falle la memoria,
por primera vez,
y te salve


viernes, 1 de julio de 2016

Nunca quise olvidarte, pero me va haciendo falta

He visto amaneceres intentando hacerle competencia al brillo de tus ojos; y también a tu mirada.

Observo atenta el pulso entre carreteras y tus caderas, compitiendo para ver quién tiene las mejores curvas.

Árboles que echaron raíces (bien profundas) para que tú, huracán no los arrancaras.

Nunca quise olvidarte, pero me va haciendo falta.
Tu olor en mi cama, a veces, todavía me mata.
Miro las estrellas y sólo veo los lunares de tu espalda.

Qué sabrán lo que es tener miedo cuando no te tengo, 
despertar por la mañana llorando por si te pierdo.
Ya nada tiene gracia, nada me causa sentimiento;
ni los pájaros, ni los rascacielos, ni los lamentos.
Ya no aprecio el arte porque nada se compara a tu cuerpo, 
no veo amaneceres por si aparecen recuerdos, 
ya no subo en ascensores, no salgo a dar paseos.

 Es como un tornado lo que tengo adentro.
Aventuras que no duraron más que un invierno,
ese fuego que sentimos ya se convirtió en incendio.

Nunca quise olvidarte pero ya va haciendo falta atarme a lo alto de otra espalda, ver cosas bonitas sin sentir nostalgia.


Y, si alguien consigue que sonría, 
entonces,
estaré (otra vez) perdida.