miércoles, 30 de noviembre de 2016

Ese fuego ya está apagado

Hace tiempo que no hablamos,
ya apenas nos escribimos
y ya ni te cuento el tiempo que hace que no nos besamos.

No tiene por qué ser malo, estábamos destinados
a perdernos, para reconocer que un día nos amamos.

Amor fugaz de una noche de verano,
de una mañana de mayo,
y de aquella tarde de enero.

Bonito lunar el de tu pie izquierdo,
casi mejor que el de tu moflete derecho.
Apenas te conocía por dentro,
pero me sabía todos los defectos de tu cuerpo.
Recorrernos enteros como ciegos
mejor que con los ojos abiertos.

Comernos despacio y llegar al cielo,
subir más alto que veinte rascacielos.
Era nuestra costumbre, nuestro mejor juego
y ahí tuvo que llegar el tiempo y joderlo.

Sé de sobra que cuando nos vemos
pensamos en volver a juntar nuestros cuerpos,
escuchar la música que sale de ellos
como una aurora boreal en pleno julio,
destellos de placer, sólo eso.

Donde hubo fuego quedan cenizas y,
las nuestras, aún están encendidas.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Golpe de martillo

A golpe de martillo aprendí que hay personas sol y personas luna, que las hay que te he echan sal en las heridas y las hay que te endulzan la vida, están los que te cogen la mano y tiran de ti y los que simplemente caminan a tu lado, están los que arrancan rosas por ti y los que te llevan a un jardín lleno de ellas cada vez que quieren hacerte sentir especial, están los caballeros sin caballo y los que por montar caballos se creen caballeros, los que piden comida para llevar si te invitan a cenar y los que te preparan el desayuno, los que te levantas y se han ido y los que te despiertan con besos en la espalda, los que te tratan mal para que te "enganches" y los que esperan enamorarte con pequeños detalles, los que hablan mal de ti con sus amigos (pero se mueren si olvidas llamarles) y los que no hablan por miedo a que ellos también se enamoren de ti, los hay de una noche que olvidas y los hay que creías olvidados hasta que los ves una noche, los hay huracán y los hay brisa, los hay que duelen y los hay que te regalan sonrisas, los que ponen tu vida patas arriba y los que tienen miedo a perderse en el desorden, los hay que mienten a ratos y los hay sinceros a saco, hay príncipes azules y también sapos verdes, los hay que te sorprenden cada día y los hay que guardan sorpresas para unos pocos días, los que están por estar y los que realmente quieren estar.

Y luego está ÉL, sí, en mayúsculas.

El que no sabes qué tiene pero lo tiene, ese que pase el tiempo que pase sabes que podrías volver a engancharte, ese al que no puedes olvidar por muchas copas que tomes o por muchos sapos que beses, el que te hace volar con los pies en el suelo, el que te sigue poniendo nerviosa cuando le tienes delante, el que te echa piropos porque le encanta el color rojo de tus mejillas, el que te puede hacer llorar pero de alegría, tu complemento, del que jamás te cansarías aunque no seas una romántica empedernida, el que te viene a la cabeza cada vez que relees estas líneas.

martes, 1 de noviembre de 2016

Adicciones esenciales

Vértigo es saltar desde lo alto de tus piernas 
sin paracaídas y con los ojos cerrados.

Muero por sentirte cerca y leer tu cuerpo
como si estuviera escrito en braille.
Tengo que memorizar todos los tus lunares
por si mañana tengo examen
o me despierto y ya no estás en mi cama.

Prometo intoxicarme cada noche
 con una sobredosis de tus labios.

Beberte la mirada hasta que se acaben las lágrimas.

Morderte los labios y dejarte mis dientes tatuados.

Abrazarte tan fuerte que te falte el aire por un instante.

Matarme contigo si decides lanzarte al vacío para huir a Marte.

El día todavía no ha empezado y ya te echo de menos,
pero me encanta observarte ahí tumbado;
mientras sueñas… soñamos.