domingo, 28 de febrero de 2016

¿Arrepenqué?

¿Cuántas veces has oído a alguien (incluso a ti mismo) arrepentirse de algo o de alguien? Qué pregunta más tonta, varios por minuto.
¿Por qué? No lo comprendo. ¿Arrepentirme de algo que mi yo pasado quiso hacer? ¿Arrepentirme de algo que mi yo pasado no quiso hacer? No, que va.
Mi yo presente no es nadie para juzgarle a él. Puede que ahora cambiaras las formas, te atreverías a hacer más cosas o pensarías antes de abrir la boca; pero en aquel momento en el que abriste la boca, no te atreviste o usaste malas formas eras tú mismo, no lo olvides. En ese momento era justo lo que tú (tu yo pasado) querías. Y no eres nadie para arrepentirte de ello. Joder, que es una palabra muy fuerte.
Arrepiéntete sólo de aquello que duela después de años, de aquella herida que no cura nunca, de aquello a lo que te obligaron, pero nunca de una decisión que hayas tomado.
Si tú te llevas la contraria... ¿quién te va a dar la razón?

viernes, 19 de febrero de 2016

Polvos

Somos fruto del polvo de dos estrellas
Que vivieron unos minutos de eternidad
Fabricando una estrella más
Que acabaría convirtiéndose en lo mismo de lo que salió:  polvo.
Misterios de la vida, qué casualidad. Nacemos de un polvo entre gemidos y risas y nos vamos convirtiendo en polvo entre suspiros y lágrimas.

No todos los polvos de estrellas acaban igual.
No todos los polvos de estrellas empiezan igual.

Hay polvos y polvos
Polvos mágicos, polvos trágicos.
Polvos de amor, polvos de odio.
Polvos para olvidar o polvos para recordar.
Polvos secreto y polvos noticia.
Hay polvos sol y polvos luna.

Polvos al fin y al cabo.
Todos ellos únicos con el amante furtivo o con el amor de tu vida.
Polvos de los que de vez en cuando, 
nace alguna estrella.

domingo, 14 de febrero de 2016

Qué magia tiene(s) (en) los domingos.

Los domingos y su magia, último día de la semana, día de finales o de proponer comienzos.
Día de arrepentirse, de olvidarse, de encontrarse, de salir a dar paseos o de volver a emborracharte.
Día de películas, café y libros, de sofá y manta o de montaña con tu amigo, novio, familia o amante.
Toca entrar en depresión por afrontar una semana más 
(o saltar de alegría, qué más da). 
Rutina. Otra semana más. Domingo.Por favor. Llega ya.
Día de espacios en blanco, de recordar, de tumbarse en la cama y ver las horas pasar; y cuando te das cuenta, ya no queda domingo que celebrar.



Qué magia tiene(s) (en) los domingos.

martes, 2 de febrero de 2016

La complicidad

Qué bonita palabra: complicidad.
Qué bonito encontrarla, sentirla, entenderla.
Qué difícil ser cómplice de alguien,
de sus sonrisas, de sus miradas, 
de sus secretos, de sus sueños.
Qué bonito encontrar al cómplice perfecto
para dejar que conozca tus planes más oscuros,
sin que se los cuentes.
Que te conozca mejor que nadie, sin decir una palabra.
Que te comprenda, con una sola mirada.
Que conectó contigo desde el minuto cero, 
cuando os mirasteis a los ojos por primera vez y visteis más allá (hasta el alma).

Y no, no sientes nada por tu cómplice (o sí, tú sabrás),
salvo la complicidad más exquisita y real del planeta Tierra.
Da igual que pasen días, meses, años o siglos sin veros, 
que la complicidad no se ve, se siente.

Y cuando la sientes...
qué brutalidad mágica, 
qué fantástico viaje, 
qué bonita esa palabra: complicidad