martes, 10 de enero de 2017

Entiendo a los yonkis

Sí, ahora entiendo a los yonkis y a sus mil recaídas.

Me declaro adicta a ti.

Quizás lo peor es que conozco mi problema,
pero no quiero desintoxicarme,
ni ir a reuniones de amantes anónimos.

Mis recaídas suelen empezar cuando me miras
con esos ojos agua marina
o cuando dejas tu olor allá por donde caminas.

Puede que sea adicta porque no he encontrado 
nada mejor (o no quiero encontrarlo) 
o, al menos, no que enganche tanto.

Cada luna me recuerda a tu mirada
y cada estrella a un lunar de esos de tu espalda
y ya no hablemos de las montañas y tus caderas.

Que sí, que soy adicta
me pillaste por sorpresa
y aquí me tienes,
imaginando que vuelves
y me atrapas en tus brazos
otra vez, por mayo.

Creo que cuando te vuelves a marchar
tengo incluso síndrome de abstinencia
de esos que hacen que te vuelvas majareta
cuando no tienes una aguja para escapar.

No sé cuando cambié el (no) dormir contigo
por este insomnio que me quita el sueño.

Maldita luna que nos vio enamorarnos 
y nos dejó seguir, sin ponernos freno.

Y, ahora, estoy en periodo de prueba
tras la dura desintoxicación
esperando que no vuelvas
(o que si).



No hay comentarios:

Publicar un comentario