domingo, 15 de noviembre de 2015

Domingos

Apareciste un domingo normal
un domingo cualquiera, aburrido,
e hiciste que fuera extraordinario,
extraordinariamente atractivo
como lo son tus ojos
como lo son tus labios
como lo soy yo,
cuando estoy contigo.

Llegaste un domingo aburrido
y te quedaste conmigo
inventando nuestro mundo
bajo las sábanas ese domingo de frío
calentando nuestras ideas de niño,
nuestros cuerpos de adulto,
nuestro corazón anciano.

Anciano nuestro corazón
por el daño sufrido
sufrido el daño por algún amor aburrido
que se rompió un domingo de frío.


No hay comentarios:

Publicar un comentario