domingo, 29 de noviembre de 2015

Detalles insignificantes

Agradecer, algo tan sencillo como decirles a las personas que nos marcan, que nos cuidan, que nos hacen sonreír que les queremos, que les estamos agradecidos y que son personas extraordinarias. 

Agradecer, tan sencillo y a la vez tan difícil, tan difícil no parecer interesado, cursi, enamorado...


Me encanta agradecer lentamente las sensaciones rápidas que me han dado, me encanta agradecer con gestos y abrazos más que con palabras, me gustan los detalles, me encantan los detalles. 

Me encantan los detalles pequeños que demuestran mucho. Una mirada cómplice, una sonrisa que guarda muchos secretos, un abrazo un poco más largo de lo normal, un "baja que estoy en tu portal", "necesitaba verte", "¿estás mal? ¿dónde estás? no te muevas, voy para allá".

Sí, puede que esté loca, locamente enamorada de los detalles, de las miradas, de las sonrisas...

No, no soy ninguna detallista empedernida, de hecho no soy nada detallista, nunca hago detalles salvo en ocasiones y con personas que los merecen; pero cuando regalo un detalle... se convierte en inolvidable, en una marca difícil de borrar. 
Y todo, porque me encanta agradecerles a las personas a las que quiero que me quieran, que me cuiden, que me marquen.. haciéndoles merecedores de mis detalles.

Así que piensa que si alguna vez te he dedicado una mirada cómplice, una sonrisa con secretos ocultos, un abrazo largo, o un detalle insignificante, es porque me has marcado, me has dejado huella y te estoy tremendamente agradecida.





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